Una cosa que suma un punto positivo al libro, es que desde la primera página te atrapa (al menos así me pasó a mi). No te da los resultados o la información que conducen al asesino de forma directa, sino que uno tiene que pensar mientras va leyendo a qué hace referencia con lo que dice el texto. Isabel Allende va dejando algunas pistas a través de las páginas, cosa de que uno pueda ir atando clavos sueltos, pero si no lees hasta la última página hay sucesos o hechos que no vas a entender. La historia parece tan real que podría suceder en la vida cotidiana (si es que ya no pasó). La autora conjuga el crimen, el amor, la amistad, la guerra, los problemas familiares, el abandono y la psicopatía en un relato único y original, el cual no alcanza a ser plenamente una narrativa de terror o misterio (como está erróneamente catalogada), pero que igualmente, por ser la primera vez que Isabel se inmiscuye en el mundo de la "novela negra", está muy bien.
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